Siento incidir en esta cuestión,
ya tratada en una ocasión anterior, pero es que duele ver (y leer) cosas como las siguientes, en boca de una señorita que se llama así misma periodista.
Un blog en la plataforma de RTVE, una plataforma pública pagada con dinero público, en el que la periodista madrileña ensucia la cada vez menos dignificada imagen de un periodista, con todo tipo de horrores y errores gramaticales: laismos, leismos, faltas de ortografía, faltas de puntuación (poner cuatro, cinco y hasta seis puntos suspensivos, para después además continuar la frase con mayúsculas), el terrible uso de las K para kien, kuando, komo, acentos... la lista es bochornosamente larga.
Esto último, repito, en una plataforma pública pagada con mis impuestos y por una que se autodenomina periodista cobrando un sueldo público. Cuidado, que aquí sí tiene miga la cosa.
Ana, bonita, ya que anuncias tan orgullosa tu oficio en todas tus biografías, con un "Periodista" bien grande visible por todos lados, intenta aplicarte el cuento y no parecer una "choni" de piercing y tatuaje "nacía pal Mercadona".